Una historia de más de 2000 años que sigue vigente hasta el día de hoy. Esta noche, miles de niños y niñas de todo el mundo dejarán sus zapatos al lado del árbol de Navidad, un recipiente con agua y pasto para los camellos.
Según los Evangelios, los sabios -que no fueron determinados en número ni en nombre- llegaron al pesebre del recién nacido Hijo de Dios, guiados por la Estrella de Belén. Allí dejaron obsequios y juraron no revelar su ubicación a los soldados del Rey Herodes, que buscaba intensamente al recién nacido “rey de los Judíos”.
Para celebrar este día, la tradición señala que los niños y niñas de la casa deben prepararse la noche anterior con una serie de rituales para esperar la llegada de los Reyes Magos.
¿De dónde viene la tradición de dejar los zapatos para Reyes?
Hay varias versiones al respecto, de las que pudimos recolectar algunas. La más difundida es que los zapatitos pueden servir de guía para los Reyes, ya que así se les ayudará a conocer la edad de las y los niños y así elegir el presente perfecto.
Otra historia, que tiene varias versiones pero en general se dice que podría estar relacionado con la infancia de Jesús: al verlo siempre descalzo, unos niños les dieron sus propios zapatos. Se los dejaron por la noche en la ventana de su casa, y al día siguiente, éste apareció de vuelta lleno de regalos como premio a su buena acción.
También hay quienes dicen que los zapatos deben dejarse en el Árbol de Navidad, otros a los pies de la cama, o en un espacio abierto para el paso de los camellos. De cualquier forma, cada familia tiene permitido organizar el ritual donde consideren más apropiado.
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