Después de una larga noche de fiesta, es probable que al otro día no te sientas bien al despertar. Quizás tus amigos se sientas igual, mejor o peor. La resaca no es igual para todos.
Investigaciones científicas han determinado que hay variabilidad de una resaca. De hecho, las resacas se miden en una escala de 11 puntos, donde cero significa que no tiene efectos, y diez, con una resaca extrema.
De acuerdo al estudio realizado por Craig Gunn, profesor de Psicología en la Universidad de Bristol, los participantes aseguraron padecer resacas de entre uno (muy leve) y ocho (grave) en la escala.
La diferencia no reside solamente en cuánto hemos bebido. Los investigadores están comenzando a plantear que hay mecanismos biológicos y psicológicos que podrían influir en los niveles de resaca.
En cuanto a los mecanismos biológicos, algunas investigaciones sugieren que las personas con una variación del gen ALDH2 experimentan resacas más severas.
La edad y el sexo también pueden influir en la forma en que se experimenta la resaca. Recientemente, se ha publicado una encuesta realizada a 761 consumidores de alcohol holandeses. Los resultados indican que la resaca disminuye con la edad.
Los hombres jóvenes, entre 18 y 25 años, tendían a reportar resacas más severas en comparación con las mujeres de la misma edad. Sin embargo, se desconoce el origen de estas diferencias.
Respecto a los factores psicológicos, la forma en que se experimenta una resaca puede estar vinculada a diversas causas, como la ansiedad, la depresión o los niveles de estrés.
Para combatir la resaca, algunos estudios sugieren compartir su experiencia con otros para disminuir los efectos emocionales negativos. Asimismo, hay que cuidar del propio bienestar personal y encontrar mejores estrategias para reducir los niveles de estrés. Por supuesto, siempre está la opción de elegir alternativas sin alcohol.