Esta nueva obra del dramaturgo, director y actor, estará en cartel los viernes y sábados a las
22hs. y los domingos a las 21hs. Las funciones van hasta el domingo 16 de octubre.
Es la segunda producción que obtiene después de haber concursado para el proyecto “TNC produce en el país” que cuenta además con la cogestión de la Dirección General de Cultura de la Secretaría de Educación y Cultura del municipio capitalino. La anterior había sido en 2018 “La Fiebre de
Denver”.
La obra está destinada únicamente a público adulto y las entradas pueden retirarse, para
cualquiera de los días de función y a libre demanda de cantidad, en el foyer del Girardi de
lunes a viernes de 10.00 a 13.00 y de 15.00 a 19.00 horas.
Los intérpretes que integran esta nueva propuesta son:
- María Pessacq
- Mariana Santillán
- Ingrid Obregón
- Juan Alessandro
- César Aybar
- Celín Sierra Ibáñez
- Sofía Sager Carreño
- Alberto Moreno
Alberto Moreno fue galardonado con el Premio ARGENTORES a la Mejor Producción Autoral
2021 en la categoría teatro para adultos por su anterior obra “Tormenta de piel. Diario de
Cuba”, estrenada ese año y que se mantuvo en cartel hasta el mes pasado.
La obra:
“Si nuestras identidades personales se afianzan es espacios perimetrados y en premuras fraccionables que devoran su propia duración, Los garabatos del volver, por el contrario, nos sumergen en la temporalidad de Aión, el dios que siempre está. Aión nos concede presentes sin espesor ni extensión, disueltos en una infinidad de pasados y futuros coexistentes. Es ese, tal vez, el transcurrir de los que transitan entre la vida y la muerte, en un estar despreocupado de ser algo específico. Y esa ausencia de propósitos se abre hacia un “estar siendo todas las cosas” que se muerde la cola y donde cada final es indistinguible de un comienzo.
El estar, dice un difundido cliché, es también el tiempo de las provincias. Tal vez así sea, si comparamos su flujo viscoso con la crispación entrecortada de las metrópolis, aunque ese prejuicio no deja de ser un modo estrecho, binario y discriminatorio de malentender el río de instantes en que todos nos bañamos. No es un costumbrismo regionalista ni un “realismo mágico” lo que despliegan las obras de Alberto Moreno, sino que más bien retoman una intuición que Strindberg esbozara en su prefacio a La Señorita Julia: los personajes escénicos, como nosotros mismos, están hechos de jirones y nebulosas, de extrañezas, de otros, de plantas, de vientos, de muertos, de patios inmóviles y bares vocingleros, de ellos mismos esparcidos en sus propios recuerdos, de momentos por venir, de páginas leídas y palabras conversadas a la sombra de Santa Ritas… Y todo ello los desequilibra -y nos desequilibran- menos que la tranquila violencia de “familias que generan cáncer”, de poblaciones “donde es imposible tomar agua de la canilla” y donde “a mucha gente le sale mierda por la boca” firma el prólogo, José Luis Valenzuela.
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