El ministro de Economía Luis Caputo, anunció hace un par de semanas que el Gobierno estaría considerando pasar una parte del Impuesto al Valor Agregado (IVA) a las provincias, en el marco de una redefinición total de la relación fiscal.
Aunque por ahora no pasa de un anuncio mediático, una fuente cercana al Gobierno de la Libertad Avanza confirmó a Ámbito Financiero que el presidente Javier Milei les comentó a los gobernadores esa idea ya hace unos meses y que Nación estaba analizando al menos dos proyectos.
Es imposible pasarles de un solo movimiento a las provincias una parte de la recaudación, más exactamente del 12%, como anticipó Caputo.
Debido a la gran desigualdad de las economías, la alícuota resultante que tendría que cobrar cada estado subnacional para mantener la misma cantidad de ingresos que recibe ahora, puede llevar a absurdos.
En algunos casos como la ciudad de Buenos Aires, podría cobrar un IVA de solo el 2%, que sumado al componente de la Nación, daría un total del 12%. La provincia de Buenos Aires tendría que abonar uno de 16%, de los cuales 6 puntos serían bonaerenses.
Córdoba, Chubut y Neuquén podrían tener alícuotas de entre el 20 y el 21% total, tomando un IVA federal de 10 puntos, que estarían conviviendo con Mendoza que tendría uno de 24%.
En el otro extremo se encuentra Catamarca, "un caso absurdo" en el que tendría que cobrarse un IVA del 81%, de los cuales 10 puntos serían nacionales y 71 puntos locales. Formosa tendría que aplicar una alícuota total del 57%, Chaco tendría que cobrar una de 50%, de los cuales 40 puntos serían propios.
Otro desafío sería igualar las condiciones dado que las provincias más ricas aportan mucho más a la coparticipación de lo que luego reciben, lo contrario a las menos favorecidas, de acuerdo con el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
Además de buscar un avance en este sentido, debería haber un reordenamiento del registro tributario y un período de transición. Las grandes empresas que tienen presencia en todo el territorio nacional pagan el IVA en ciudad de Buenos Aires, porque sus centrales están en Capital Federal.
Entonces el alto aporte que el distrito hace la la coparticipación, se desdibujaría si las empresas tuvieran que anotarse en cada jurisdicción para aportar allí, como lo hacen con Ingresos Brutos.
Finalmente, no debe desestimarse la “impronta solidaria” del tributo donde los estados más ricos aportan para mejorar la situación de los más pobres.
Además, aunque las provincias del norte pueda ofrecer tasas de IVA más bajas, las provincias más grandes usualmente cuentan con logística e infraestructura más desarrollada lo que dificultaría ir por la primera opción.