Ante la grave crisis financiera que enfrenta la municipalidad de Córdoba Capital, el intendente Daniel Passerini (Partido Justicialista) decidió llevar adelante una “reestructuración” de su gabinete.
Por tal motivo, y en el marco de una reunión de urgencia, pidió la renuncia a todo su gabinete, desde la plana mayor: secretarios, subsecretarios, directores, subdirectores, hasta las conducciones de los entes descentralizados, becarios y monotributistas.
La mayoría de los colaboradores seguirán en funciones, pero hoy todos deberán presentar formalmente su renuncia al intendente para dar lugar a los cambios.
Para hacer más "eficiente la gestión" habrá funcionarios que "dejarán sus tareas, áreas que se fusionarán y otros que seguirán como hasta ahora. Todas las opciones están abiertas”, contó a La Voz una fuente del municipio.
La cifra alcanzaría a un total de 580 funcionarios, de acuerdo con la Política Online. Según La Voz, podría llegar a un 30% de la planta política.
Además de la quita de fondos de Nación, la intendencia venía golpeada por la deuda heredada, la fuerte baja de la recaudación, agravada por la caída total de subsidios nacionales al transporte y el aumento de la demanda social y de salud pública por la crisis.
La oposición mostró disconformidad con la medida. “La renuncia al gabinete de Passerini la pide Llaryora. Le intervienen la Municipalidad. Arde la interna del peronismo. Reina la desconfianza. Los platos rotos los pagamos todos los cordobeses. La consecuencia de 27 años en el poder”, aseguró el legislador provincial Walter Nostrala, titular de la bancada juecista en la Unicameral.
Si bien el gobernador Martín Llaryora (Partido Justicialista) y el intendente arrastran diferencias desde el año pasado, del lado de Passerini niegan una intervención de la provincia en el tema. "Por supervivencia política, Llaryora necesita que a Passerini le vaya bien", afirman los llaryositas.
Tanto desde el municipio como desde la Provincia se insistió en la idea de “trabajo en equipo” y la intención de “reforzar” la gestión municipal, más que de intervenir el Palacio 6 de Julio.
Sin embargo, aseguran que el oficialismo tiene la mira puesta en las elecciones legislativas de octubre de este año, en las que debería mostrar una gestión fuerte y con obras en la ciudad que le dio el triunfo a Llaryora en 2023.