“Hay años de inversión puestos ahí, que están en riesgo de que se los transfieran a algún testaferro amigo de este gobierno”, sugirió Gabriel Urrestarazu, piloto con 20 años de antigüedad en Aerolíneas Argentinas que estuvo en la movilización en contra de la privatización de la empresa y que destacó los aviones nuevos con los que cuenta la flota.
La manifestación de los trabajadores de Aerolíneas Argentinas ocurrió ayer frente al Congreso en rechazo a la venta de la empresa. También denunciaron una campaña de estigmatización sobre los “privilegios” de los empleados y el déficit de la compañía.
Los pilotos, tripulantes, técnicos, controladores aéreos, trabajadores de carga y de seguridad fueron vestidos con la ropa de vuelo y colgaron pancartas, mientras los diputados trataban en comisión el proyecto de privatización de la línea de bandera.
“Esto se inició con un reclamo salarial. Los sueldos de los aeronavegantes, desde noviembre del año pasado, que es cuando cerró nuestra paritaria, perdieron un 80 por ciento de poder adquisitivo”, explicó en la protesta Andrés Junor, secretario gremial de Aeronavegantes. A modo de guía, otros trabajadores de ese gremio indicaron que su salario promedio es de 900 mil pesos y el inicial de 750 mil.
Los manifestantes consideran que el Gobierno desoyó intencionalmente el reclamo para que no tengan más remedio que discutir la privatización.
Los cinco sindicatos de Aerolínea estuvieron en la protesta: Aeronavegantes, Asociación de Personal Aeronáutico (APA), Pilotos (APLA), la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA) y ATE ANAC.
El titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) Pablo Biró expresó que “el gobierno quiere que la sociedad se enoje para justificar, como en los ‘90, la privatización de la línea”, lo que según relató a Página 12, dejó consecuencias catastróficas en dicha aerolínea.
Aerolíneas Argentinas fue privatizada por Carlos Menem en 1990, que pasó a manos de Iberia. Fue vaciada a partir de 2001 por Marsans (Patricia Bullrich, hoy ministra de Seguridad, que era ministra de Trabajo del gobierno de la Alianza en la época de ese traspaso) y recuperada en la presidencia de Cristina Kirchner, en 2008.
“En los 90 Iberia, tras la privatización de Aerolíneas fue haciéndole perder patrimonio, quitándole sus edificios, sus oficinas en Nueva York. Los aviones despegaban de acá con gomas nuevas y cuando llegaban a Madrid se las cambiaba”, explicó Urrestarazu.
Y agregó: “La empresa llegó a estar siete meses sin volar. Luego, en la etapa de Marsans, le robaron tanto que sus directivos terminaron presos. Esto que está pasando hoy va a hacia el mismo camino, están tratando de desprestigiar a la empresas y demonizarla para venderla, y lo hacen por el negocio, pero también porque Aerolíneas Argentinas es para el gobierno de Javier Milei, un símbolo político”.