Durante gran parte de la noche sobrevoló la expectativa que generaba el partido de la Selección Argentina en la final de la Copa América, hasta que llegó el momento de la consagración, que se hizo sentir con un estruendoso grito de gol en las diferentes instalaciones del Predio Ferial. Las imágenes del gol y la entrega de la Copa se mostraron en las pantallas principales del Escenario Mayor, lo que generó más algarabía y emociones.
Los Manseros Santiagueños retornaron a la mayor fiesta cultural de los catamarqueños luego de su última presentación en 2016, cuando aún integraban la formación Guillermo “Fatiga” Reynoso y Martín Paz. En esta ocasión, las inconfundibles voces de Alito Toledo y Onofre Paz, más el acompañamiento en bombo de Hugo Reynoso, repasaron los clásicas composiciones que a lo largo de seis décadas se ha transformado en un himno del cancionero nativo.
Casi pisando la medianoche, Los Manseros Santiagueños comenzaron a dejar nuevamente su huella y confirmaron ese romance que mantienen con los catamarqueños. El conjunto, que surgió como dúo vocal en el año 1959, entregó un abanico de sus más destacadas canciones. Como era de esperar, el público ocupó cada espacio libre para bailar esas canciones que identifican a diversas generaciones como Entre a Mi Pago, Canto a Monte Quemado y Desde Siempre y Para Siempre, entre otras. Pero sin dudas, el momento más emotivo se vivió cuando la formación, acompañada por Florencia Paz, interpretó “Eterno Amor” y que se transformó en un cálido homenaje a Martín Paz, hijo de Onofre y autor de esta icónica zamba que casi todos cantan. Los presentes respondieron con una ovación y los aplaudió de pie. Ellos se mostraron emocionados y muy agradecidos por haber regresado al Poncho y por el recibimiento de la gente.
El cierre de la noche estuvo a cargo del joven cuartetero catamarqueño Damián Córdoba, quien deslumbró al público con su show, sus clásicas canciones y sus bailes característicos. El Wacho subió pasadas las cuatro de la mañana y no solo levantó la temperatura del Predio Ferial sino que puso brillo y color en la tercera noche del Poncho 2024.
Con sus grandes éxitos y covers, impregnó de cuarteto y alcanzó una inmediata interacción con el público que por más de una hora, disfrutó de cada una de las canciones al ritmo y con palmas. Los presentes en ese momento, la mayoría jóvenes, cantaron cada uno de los temas como “Que tal”, “Contigo” y “Ya no siento nada”; hasta que antes del final y en muestra de agradecimiento, se bajó del escenario y saludó al público sacándose fotos con todos.
Promediando la noche, arribó al escenario mayor y realizó su debut en el Poncho, Emanero, que entregó sus principales canciones en rap y música urbana en un gran concierto. Siempre con su traje impecable, hizo un recorrido por un setlist de casi veinte composiciones. La noche comenzó con “Bandido”, la primera canción que es parte de su proyecto Runflas, para luego continuar, entre otras, con “Adicto” y “Nunca me Faltes”. El show avanzó y se acercaba el fin, pero no podía terminar sin que sonara el himno que aguardaban todos los presentes. El público dejó las últimas energías cuando comenzaron los primeros acordes de “Fama de Diabla”, esa versión que ya alcanzó más de veinte millones de reproducciones en Youtube.
Presencias catamarqueñas
La noche también tuvo presencia catamarqueña, a través de sus propios artistas que sumaron su arte a esta mixtura musical que presentó la tercera luna del Poncho 2024. La música ciudadana tuvo su espacio a través de la Compañía “Destino Tango” y la puesta en escena a cargo de la cantautora y pianista Noelia Negracha Díaz, basado en su último disco Tango Norteño que refleja el trabajo de la mujer en el tango.
El clima festivalero se mantuvo en alto con la siempre convocante propuesta de Los Rieles, que con las voces de Nando Ríos, Raúl Acevedo y Claudio Bustamante plasmaron una puesta en escena titulada “Los Rieles: Camino a los 25 años” y que contó con un repertorio que estuvo conformado por canciones como “Don Balta”, “La Cuenta”, “Sin Condiciones” y el cierre con “Tormenta de Vino” y “Fiesta”. También sobresalieron Los Hermanos Rodríguez, quienes apelaron a su clásico repertorio de chacareras y zambas y sacaron a una buena parte del público a bailar. Lo mismo sucedió con el cantautor belicho Wilson Figueroa.
Itatí dejó su voz y su impronta en el Escenario Mayor. Recordó a Silvia Pacheco con el tema “Cenizas de tu amor”, para luego brindar un homenaje a Mercedes Sosa con la compañía de las cantoras Belén Parma, Laura Aroca y María Godoy.
A su turno, el chumbichano Vitín Martoccia presentó sus últimas canciones, entre las que sobresalió “Un Sueño más”; mientras que Emilio Morales ratificó su crecimiento artístico y vigencia interpretando composiciones propias como la chacarera “Catamarqueño” y “La Luna a Tus Pies”, escrita en homenaje a Diego Armando Maradona. Tampoco faltó la evocación a Silvia Pacheco y Walter Olmos. Momentos y paisajes que se pintan con letra y música de un cantor que está comprometido con el cancionero catucho.
También tuvieron su espacio en el escenario mayor la Delegación Regional Puna, el Ballet Folclórico del Instituto Rubinstein y el clásico humor de la mano del Turco Ale Áyame. Una noche variada desde lo estético y musical pero con un exquisito sabor que dejó conformes a todos.