Esta medida responde a la actualización parcial del impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que solo aumentará un 1%, así como a la devaluación mensual del 2% del dólar y al reciente ajuste en el precio de los biocombustibles autorizado por la Secretaría de Energía.
El Gobierno había optado por esta medida para evitar un impacto mayor en la inflación, postergando una actualización más significativa de los tributos que gravan los combustibles. Esta decisión sigue la línea de posponer también ajustes en las tarifas energéticas, buscando mitigar presiones inflacionarias adicionales.
Según el sitio Noticias Argentinas, en términos acumulados, los precios de los combustibles aumentaron un promedio del 63,65% desde enero hasta junio de este año. A pesar de estos incrementos, los datos recientes indican que las ventas de combustibles al público mostraron una disminución del 8% en mayo de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior. No obstante, se observa un leve repunte del 8,5% respecto al mes anterior, abril de 2024, marcando así el sexto mes consecutivo con fluctuaciones en el volumen de ventas.