La Comunidad Cenáculo, una organización mundial que ayuda a personas con problemas de adicciones, cumplirá 7 años de presencia en Catamarca, a través de su sede en El Rodeo. Y para festejar dicho aniversario llevarán a cabo "La fiesta de la vida" el domingo.
En ese marco, Alisa Fulcherie, oriunda de Italia, y que trabaja en la Casa de las Chicas con sede en Buenos Aires, vino a colaborar con Cenáculo también en esta provincia, y de acuerdo con su experiencia "hay poca consideración por las personas que consumen drogas".
Y ante ese panorama, su Comunidad ofrece un ejemplo para cambiar la vida. “Ingresé a la comunidad porque tenía un problema algunos años atrás y decidí quedarme para ayudar a los demás para dar un poco de mi vida, de lo que a mí me hizo bien y me salvó”, apuntó.
Por su parte, Analía Nieva, amiga de esta comunidad de orientación católica, señaló que se encargan de ayudar a jóvenes con problemas de adicciones, varones y mujeres, mayores de 18 años, a quienes reciben con la condición de que participen de las actividades por tres años.
La oración, el trabajo y la amistad verdadera, son los pilares de la Comunidad. Y la metodología de trabajo es colaborativa, "los chicos que van avanzando y haciendo su camino son los que reciben a los ingresantes".
Aclaró que no son una comunidad terapéutica: “No trabajamos con profesionales de la psicología, de la psiquiatría, no medicamos a los chicos. Es nuestro límite, cuando un joven necesita otro tipo de ayuda, nosotros no podemos dársela, entonces somos sinceros en ese sentido”.
Comentó que los chicos y chicas ingresan de forma voluntaria cuando sienten que quieren hacerlo, y se busca involucrar y trabajar con las familias “para que ellos puedan ayudarlos a tomar esa decisión de cambiar su vida”.
“Confiamos a la providencia y a la bondad de Dios que Él va haciendo que cambien los chicos/as. Nosotros somos un instrumento nada más”.
Analía Nieva, Comunidad Cenáculo
Nieva explicó que Madre Elvira, la fundadora de la organización, proyectó a la Comunidad como una escuela de vida, “donde los chicos aprenden a vivir de otra forma a sanar sus heridas y a salir adelante, pese a los problemas, dificultades con los que se puedan afrontar, poder salir adelante”.
Actualmente hay once chicos en la comunidad que son de diferentes lugares, entre ellos Colombia, Paraguay, Buenos Aires, Misiones además de locales.
“Tenemos chicos y chicas que están saliendo, ya salieron del problema y pueden entender mejor lo que está viviendo un chico que recién ingresa a la comunidad”.
Alisa Fulcherie, Comunidad Cenáculo
Finalmente, explicaron que la Comunidad se sostiene a través de la “providencia y de donaciones”.
“Madre Elvira siempre dijo que no se podía pedir plata a la familia destruida que llegaba a la puerta del Cenáculo con un sufrimiento enorme en el corazón” relató, por lo que no se paga una cuota y tampoco se les pide nada, según afirmó.
“En cada casa tenemos amigos, tenemos personas que nos ayudan (…)Eso también es una forma nuestra para hacer conocer la comunidad, decirle a los chicos que necesitan ayuda, que hay un lugar gratuito donde pueden encontrarla, también a las personas que quieran ayudar, que hay un lugar que necesita esa ayuda”, agregó Fulcherie.
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