En plena temporada alta de liquidación de divisas, el sector agropecuario parece estar ingresando menos dólares que durante el verano, lo que no sólo afecta la capacidad de compra del Banco Central sino también la cotización en el mercado financiero, explicó Virginia Porcella, periodista especializada en Economía, y ex editora general de Forbes Argetina, de la revista Fortuna (Perfil), y Ámbito Financiero.
Hubo apenas USD 80 millones ingresados el miércoles por parte del sector cerealero y de oleaginosas, añadió. Esto porque el 20% de lo que liquidan los exportadores lo pueden canalizar a través del contado con liquidación (CCL), el denominado dólar blend, lo que hacía suponer que las cotizaciones atravesarían el segundo trimestre del año aún más anestesiadas que en el primero.
Sin embargo, la agresiva baja de tasas a la que el consenso del mercado le atribuye principalmente la ola dolarizadora contribuyó a ralentizar aún más la venta de los productos, que ya venía demorada pero que hasta la semana pasada había empezado a normalizarse.
La brecha es enemiga de la liquidación y produce el efecto contrario a cualquier incentivo a liquidar, remarcó Porcella: Con el dólar bordeando los $1.300, la brecha volvió a niveles de 50% lo que para el campo es un cartel de neón que indica “esperar” lo máximo posible antes de vender. Así, en las últimas 5 ruedas, la liquidación del agro anotó un retroceso en torno a 20% según las estimaciones del operador Salvador Vitelli, lo que se combinó o, mejor dicho, cuyo correlato fue el salto del tipo de cambio financiero (CCL).
Un factor adicional podría estar atentando, paradójicamente, contra el ingreso de divisas y estimulando a los productores a seguir esperando. El precio de la soja está subiendo desde hace dos semanas en el mercado internacional, producto de la menor oferta por las inundaciones en Brasil y ya encadenó 9 ruedas consecutivas al alza. Esto, según Porcella, es una buena noticia para la Argentina, y se estiman ventas constantes.
El movimiento del dólar empalma con la caída en el precio de las acciones argentinas en el exterior y también de los bonos soberanos, que experimentaron un proceso de “reparación” o “repricing” hacia abajo.
“Las causas de este repricing se encuentran en un ambiente externo más adverso a los mercados emergentes, la falta de avances en el tratamiento de la ley Bases y un ritmo de acumulación de reservas positivo pero muy moderado respecto de abril. Estos factores mantienen la incertidumbre relativamente alta en el corto plazo, presionando sobre las cotizaciones”, opinó la consultora financiera Delphos Investment.
También desde Outlier destacaron la desmejora en las altas expectativas que tenía el mercado. “Los equilibrios en los dólares financieros, con cepo y tipos de cambios múltiples, siempre fueron volátiles, pues básicamente están dominados por expectativas en mercados que durante la mayor parte del tiempo están nutridos por flujos especulativos, aunque ahora el CCL tiene un componente de flujo comercial por el lado de la oferta que debería, como mínimo, amortiguar esa volatilidad en el mediano plazo”, aseguraron los analistas de la consultora, donde agregaron que “eso nos lleva a interpretar lo que está ocurriendo en el mercado de cambios como un indicador de un deterioro general de las expectativas de los agentes económicos”, puntualizó.