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Críticas al proyecto de educación disruptiva: "La escuela es un centro de contención social, más que educativo en Catamarca"

Vilma Chayle, presidenta del Instituto Moisés Lebensohn habló acerca de la viabilidad de la propuesta presentada por el poder Ejecutivo, teniendo en cuenta las características de la provincia y el estado de la educación actual.

Vilma Chayle, presidenta del Instituto Moisés Lebensohn filial Catamarca, cuestionó el proyecto enviado por el Poder Ejecutivo a la Legislatura provincial, en el que se establece la implementación de la Educación Disruptiva, a través de la integración de las metodologías de las tecnologías del aprendizaje.

“La escuela viene siendo hace mucho tiempo, más que un centro de contención educativo, un centro de contención social, esa es la realidad de la escuela, al menos en nuestra provincia”, explicó como uno de los grandes inconvenientes para implementar este proyecto.

Y si bien comparte la mirada de que la propuesta sería “un lujo para la educación”, dijo que el problema es que en la provincia haría falta "muchísima" infraestructura y presupuesto, para la que no estaría preparada la provincia.

Chayle planteó la necesidad de debatir sobre el tema con diferentes actores involucrados.

“La verdad que la educación disruptiva es una forma de enseñanza que viene a cambiar todos los métodos tradicionales, priorizando todo lo que es innovación, adaptación y, sobre todo, tecnología. Hoy los chicos están muy movilizados con el uso de las IA, las inteligencias artificiales, la gamificación en las aulas”, explicó Chayle sobre esta iniciativa.

Para aclarar su punto, recordó el Programa Conectar Igualdad que entregaba computadoras a alumnos y docentes y  en el que según Chayle, “no se le dio el debido uso”. “En la pandemia quedó demostrado que la virtualidad todavía no era una herramienta en la cual se pensaba. Los docentes no están capacitados en las TIC en las nuevas tecnologías. Entonces, es volver a cargar al docente con algo para lo que todavía no estamos preparados”, manifestó.

“Me parece hasta irresponsable quererlo imponer de esta forma (decreto). Si me parece responsable comenzar a hablarlo y trabajarlo y decir bueno esta va a ser la infraestructura, este va a ser el plan, esta va a ser la forma y que se comience a caminar un proceso en una verdadera transformación”.

Vilma Chayle

En ese sentido, dijo que muchos de los niños van a la escuela para tener acceso a la comida, no “van con el primer objetivo que es el acceso al derecho a la educación. "Entonces, ante estas situaciones es que uno se interpela de, por un lado, claro que sí, bienvenido sea, que el gobierno comience a pensar estas alternativas, pero no que las baje a través de un decreto y que las imponga”.

Chayle también criticó la falta de diálogo y de hacer partícipe al sector educativo a la hora de plantear una modificación de estas características, y de pensar en cómo se va a capacitar no sólo al personal docente sino también a los padres que deben acompañar el proceso y cómo se resolverá la limitación de la conectividad en zonas como el interior.

“Otra cosa que pide la educación disruptiva, por ejemplo, son aulas donde el docente pueda hacer un acompañamiento con números disminuidos de alumnos. Un máximo de 15 a 16 alumnos por grado o por curso ¿cuál es la realidad nuestra? ¿tenemos una evaluación de cómo funciona cada centro educativo?”, agregó a lo que contestó que hay localidades pequeñas con aulas compartidas por distintos grados.

Chayle adelantó que realizarán una serie de conversatorios para debatir sobre el tema, en el que se espera incluir a distintas voces del Gobierno, expertos en la materia, padres, docentes y contactar con otras provincias que ya hayan realizado o estén planteando la transición, como Córdoba y Misiones.