El infectólogo Raúl Aguirre, remarcó que el gran problema del dengue es que se trata de “una máquina de deshidratar gente”, lo que hace que muchas personas terminen internadas, afirmó y explicó que hidratar no es solamente tomar agua o líquido en general, sino “agua y sal, agua con verduras por ejemplo”.
También comentó a INFORAMA RADIO que el dengue está dentro de las enfermedades emergentes y reemergentes: “En parte tiene que ver con las cuestiones de cambio climático, pero también tiene que ver con la gran movilidad que presenta el género humano hoy en día. Viajamos mucho y junto con eso llevamos nuestras enfermedades y permitimos que el mosquito aedes aegypti, que siempre estuvo entre nosotros, se contaminara con este virus y pudiera transmitir este flagelo. Ya en el año 2009, por lo menos en Catamarca, fue un brote particularmente serio”.
A su vez dijo que el mecanismo de producción del virus afecta los vasos capilares, y que el sistema capilar afectado es el síntoma que se va a tener, y comentó que si bien bajan los glóbulos blancos, esto dura pocos días.
También dijo que el dengue como tal es una enfermedad de muy corta duración si uno considera la parte febril, que son de tres a cinco días, pero que suele quedar el estado de dolor articular y muscular, el decaimiento extremo, pero “si se mantiene bien hidratado, tiende a salir relativamente rápido de esa situación”.
Sin embargo, explicó que la segunda semana de enfermedad es la parte complicada, cuando se va la fiebre y uno debe estar más atento. “Porque ahí sí pueden aparecer las manifestaciones hemorrágicas mayores, u otras manifestaciones del dengue grave. Por ejemplo, el shock por dengue, esto es una bajada de presión cerradísima, una hipotensión, un síntope y obviamente hay que internar a la persona. Y otras manifestaciones graves son cuando afecta órganos. Afecta seriamente el hígado, el corazón, miocarditis, seriamente el sistema nervioso. Y sigue la lista. De todas maneras, y por suerte, es extremadamente raro ver este tipo de cosas”, relató.
A pesar de esto, sostuvo que la mortalidad es "cerca del uno por mil, uno por diez mil afectados", y que a diferencia del COVID, es una enfermedad que no deja secuelas.
En cuanto al tema de la vacunación, expresó que “es una vacuna nueva, recién acaba de salir de la etapa 3, que significa 20 mil vacunados, estudiados como ratitas de laboratorio, como se lo han llamado ahora en la medicina, ahora viene la etapa de observación en los casos de la vida real. Mientras más casos se acumulen, más vamos a aprender de esta vacuna”.
A pesar de ello, dijo que sirve para proteger por lo menos de las formas graves a personas que ya tuvieron la enfermedad.
“Cuando uno tuvo una enfermedad por una cepa X, la número 1 por ejemplo, queda inmunizado para esa cepa 1, pero después cuando hace contacto con la cepa 2 o 3 o 4 puede hacer una reacción cruzada y hacer ahí las formas graves de la enfermedad. Esa es la estadística. Por eso se intenta vacunar la vacuna. Y nosotros disponemos de la vacuna de origen japonés que protege contra los 4 cero tipos”, detalló el médico.
“Las vacunas no son ni buenas ni malas, son herramientas que tenemos. El tema cuando una herramienta es nueva y uno realmente no sabe que puede esperar (…) y con la vacuna, como con cualquier medicamento, hay efectos adversos cada tantos miles, o cientos de miles, o millones de dos”, puntualizó y explicó que esta vacuna a diferencia de la del Covid utiliza una fórmula y un enfoque mucho más viejo y “muy probado”, manifestó.
También comentó que en lo personal prefiere priorizar el análisis de rutina para los pacientes con dengue, ya que están cubiertos por las obras sociales y arrojan resultados útiles para transitar la enfermedad.
Finalmente, Aguirre recordó no tomar ibuprofeno ni aspirina porque altera la coagulación de la sangre, tampoco dipirona porque baja la fiebre pero también baja los glóbulos blancos.