Tras Semana Santa, los conductores se enfrentarán a una situación poco alentadora: el precio de la nafta volverá a incrementarse, esta vez en un 4%. Este aumento, previsto por las petroleras, responde principalmente al aumento de los impuestos sobre los combustibles.
El aumento de los impuestos, que entra en vigencia el primero de abril, incluye el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC), ambos incrementados en un 34,8%, siguiendo la inflación del trimestre julio-septiembre de 2023. Esta subida acumula un aumento del 376,61% en lo que va de 2024, según informaron las estaciones de servicio.
En la Ciudad de Buenos Aires, se espera que los precios de la nafta sufran un aumento del 3,7% en la nafta súper, 3% en la nafta premium, 2,4% en el gasoil, y 1,9% en el diésel premium. Estos porcentajes podrían variar en otras regiones del país, excepto en la Patagonia, que está exenta de estos tributos debido a su producción de petróleo.
Tan solo en diciembre, apenas tres días después de la asunción del presidente, los combustibles aumentaron un 37%. Este incremento se sumó a otro del 26% a principios de enero y un 6,5% más el 1 de febrero, que incluyó una actualización impositiva. Sumados, estos aumentos alcanzan casi un 80%, sin contar los aumentos anteriores a la presidencia de Milei.